Wenceslao Cruz Blanco

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viernes, enero 18, 2008

Lula, el hada madrina de Cuba

 «Bush no sabes cuento desearía un poquito de etanol bebible de mi amigo Fidel»Un nuevo benefactor para la dictadura

Hablemos de dos noticias de actualidad y de dos hadas, pero una buena y otra no tan buena, una aconsejable para todos los niños y otra hipócrita y no recomendable para ninguna edad.

En España la Televisión Española (TVE) emite un programa infantil llamado Los Lunnis, una exitosa serie que ya se ve en 20 países, la mayoría en Hispanoamérica gracias a un acuerdo de RTVE y Televisa Internacional. Brasil también es uno de los países afortunados gracias a la distribución de Televisa. Pronto, a partir de marzo, también estará en Estados Unidos a través de la cadena Mega TV, quien ha comprado los derechos de emisión de 120 capítulos.

Los Lunnis”, son graciosos personajillos que junto a la cantante de origen cubano, Lucrecia, entretienen a los más pequeños. Ellos están en Luna Lunera, donde viven, es un mundo reflejo de la imaginación de los niños. Sus habitantes más pequeños son Lupita, de unos 10 años que vive con: Lublú, un personaje independiente, curioso y creativo de unos 8 años; Lucho, desinhibido y dicharachero, de 6 años y Lulila, tierna y preguntona, de 5 años. Los Lunnis mayores, que ayudan a los más pequeños son La Bruja Lubina, que une el mundo real con la fantasía; El Profesor Lutecio, el sabio; Lulo, el artista rapero y Lula, el hada.

Este último personaje que se llama Lula, es hada y conduce la nave espacial. Pero hablemos ahora de la otra hada, la nueva, la del mundo real, el presidente de Brasil, Lula da Silva, y que ahora se ha reafirmado como un nuevo benefactor de la dictadura cubana. Ese presidente que dirige un país y que es muy aficionado a la bebida, no precisamente isotónica.

Luiz Inácio Lula da Silva, acaba de estar en Cuba. Allí fue recibido por el menor de los hermanos Castro que en la actualidad funge como presidente en funciones. Es su segunda visita oficial como presidente desde septiembre de 2003, aunque con anterioridad había viajado a la isla en varias ocasiones como líder del Partido de los Trabajadores.

Tras lograr, como pretendía, ver a su amigo Fidel y seguramente beber unos cuantos y protocolares mojitos, de esos que gustan tomar a los representantes de la cancillería española, expresó con apasionado optimismo que “Fidel está listo para asumir un papel político en Cuba y el papel político que tiene en la historia de un mundo globalizado, de la humanidad”.

Es imposible que una persona sensata o medianamente sobria pueda considerar a un dictador, a un terrible tirano que enlutece por medio siglo a su pueblo, un político con algún valor positivo para la humanidad. Bueno sí, la amarga experiencia de los cubanos quizás es útil para que otros pueblos se muestren alertas de “mesías” parecidos.

Es evidente que hay que estar en un estado de éxtasis o de coma etílico, o en la “Luna Lunera” para llegar a decir que Castro “tiene una lucidez increíble y una salud impecable... está con la lucidez de siempre, como en los mejores momentos”.

Independientemente de la ofensa, para un pueblo encadenado y para los cientos de presos de conciencia que sufren en las cárceles, que un presidente de una nación democrática flirtee con tan despreciable hacedor de penurias y muerte, lo interesante es que las diferencias en materia económica e incluso social, con el dictador cubano son varias e importantes. Un curioso ejemplo es que mientras Lula impulsa la fabricación de etanol con alimentos en virtud de un acuerdo con Estados Unidos, Fidel Castro se opone a este tipo de medidas.

Quizás la explicación sigue estando en la debilidad que sigue sintiendo Lula por el “etanol bebible” y que hizo notar Larry Rohter, periodista del New York Times. El Ron cubano tiene una excelente calidad y una merecida fama. Y el reservado para los amigos y benefactores del comandante más. Posiblemente esto ocasione que el presidente de Brasil no coordine acertadamente sus expresiones cuando se dirige al nefasto mundo del izquierdismo “progre” e hipócrita que lo droga, y su imaginación o alucinación le juegue malas pasadas.

Las palabras, expresiones y hechos del presidente de Brasil, durante su breve y corta estancia en Cuba, son para el mundo irreal e imaginario en el que se desenvuelve, o sea, junto a la izquierda retrograda y reaccionaria que se resiste a desaparecer, bálsamo y apoyo. Lástima que no priorice la humanidad y la preocupación por los que sufren esa tiranía.

Suerte que ahora los niños norteamericanos tendrán la influencia del hada y demás personajes de los Lunnis, los niños cubanos las tristes consecuencias de más años en el poder de la dictadura, gracias a otra hada madrina que la ayuda a mantenerse.

© Escrito para Diario de América